Dietas específicas para personas mayores: claves para una nutrición óptima

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Nutrición y dietética

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A medida que las personas envejecen, sus necesidades nutricionales cambian. Las dietas específicas para personas mayores pueden mejorar la calidad de vida, prevenir enfermedades crónicas y asegurar que los adultos mayores mantengan su fuerza, energía y bienestar general. En este artículo, exploraremos las claves para una nutrición óptima para las personas mayores, qué alimentos deben priorizarse y qué elementos deben evitarse.

 Cambios nutricionales en la tercera edad

Con el paso de los años, el metabolismo y las necesidades nutricionales del cuerpo cambian. Factores como la disminución de la masa muscular, cambios en el metabolismo basal, pérdida de apetito y la disminución en la absorción de ciertos nutrientes son comunes. Además, es posible que surjan restricciones dietéticas debido a condiciones crónicas como la diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas.

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Factores a tener en cuenta:

  • Metabolismo más lento: El cuerpo quema calorías a un ritmo más lento, lo que puede llevar a un aumento de peso si no se ajusta la ingesta calórica.
  • Pérdida de masa muscular: Con la edad, hay una disminución en la masa muscular, por lo que es importante aumentar el consumo de proteínas.
  • Menor absorción de nutrientes: La capacidad del cuerpo para absorber ciertos nutrientes, como la vitamina B12 y el calcio, disminuye con la edad.

Nutrientes esenciales en las dietas específicas para personas mayores: claves para una nutrición óptima

Una dieta bien equilibrada para las personas mayores debe centrarse en nutrientes clave que favorecen la salud ósea, muscular, y la función cognitiva. Algunos nutrientes son especialmente importantes para esta etapa de la vida y en las dietas específicas para personas mayores:

Proteínas: Son esenciales para combatir la pérdida de masa muscular. Las fuentes de proteínas magras, como pescado, pollo y legumbres, deben estar presentes en cada comida.

Calcio y vitamina D: Son necesarios para mantener huesos fuertes y prevenir la osteoporosis. El consumo de productos lácteos bajos en grasa, como leche y yogur fortificado con vitamina D, es crucial.

Fibra: Ayuda a mantener el sistema digestivo saludable y previene el estreñimiento, que es común en las personas mayores. Se recomienda consumir cereales integrales, frutas y verduras ricas en fibra.

Ácidos grasos omega-3: Benefician la salud del corazón y el cerebro. Estos se encuentran en alimentos como el salmón, las nueces y el aceite de linaza.

Vitamina B12: La capacidad de absorber esta vitamina disminuye con la edad. Se encuentra en productos animales como huevos, pescado y carne, pero es posible que algunos adultos mayores necesiten suplementos.

Hidratación adecuada en la tercera edad

La hidratación es otro aspecto crítico en la nutrición y dietas específicas para personas mayores. A menudo, los adultos mayores no sienten tanta sed como antes, lo que los puede llevar a la deshidratación. Mantener una ingesta adecuada de agua es fundamental para evitar problemas de salud, como infecciones urinarias, confusión o incluso deshidratación severa.

Consejos para mantener una buena hidratación:

  • Beber agua con regularidad, incluso si no se siente sed.
  • Incluir alimentos ricos en agua, como sopas, frutas (sandía, naranja) y verduras (pepino, apio).
  • Limitar las bebidas con cafeína o alcohol, que pueden deshidratar el cuerpo.

 Alimentos a evitar o limitar

Si bien ciertos alimentos son esenciales, también es importante limitar o evitar aquellos que pueden contribuir a problemas de salud comunes en personas mayores, como enfermedades cardiovasculares o hipertensión.

Azúcares refinados: El exceso de azúcar puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 y contribuir al aumento de peso. Es recomendable limitar el consumo de alimentos procesados y dulces.

Grasas saturadas y trans: Estas grasas, que se encuentran en alimentos fritos, bollería industrial y productos procesados, pueden aumentar el colesterol malo y el riesgo de enfermedades cardíacas. Optar por grasas saludables, como las del aceite de oliva y aguacate, es clave.

Sodio: El consumo excesivo de sodio puede contribuir a la hipertensión. Se recomienda cocinar con hierbas y especias en lugar de sal, y evitar alimentos altamente procesados.

Consejos para mejorar la ingesta alimentaria en personas mayores

La pérdida de apetito es un problema común entre los adultos mayores, lo que puede llevar a una ingesta inadecuada de nutrientes. Aquí algunos consejos para mejorar la ingesta alimentaria:

  • Comer pequeñas porciones varias veces al día: Comer en porciones más pequeñas puede ser más manejable que las comidas grandes.
  • Aromas y sabores: A medida que el sentido del gusto disminuye con la edad, agregar hierbas, especias y condimentos naturales puede hacer que los alimentos sean más apetecibles.
  • Ambiente agradable: Comer en compañía o en un entorno agradable puede aumentar el disfrute de la comida.

Adaptaciones dietéticas según las condiciones de salud

A medida que las personas envejecen, es común que experimenten condiciones de salud crónicas, como diabetes, hipertensión o enfermedades cardíacas. Por ello, las dietas deben adaptarse para ayudar a controlar estas condiciones:

Diabetes: Las personas mayores con diabetes deben controlar cuidadosamente la ingesta de carbohidratos y elegir carbohidratos complejos, como avena, arroz integral y legumbres, para mantener estables los niveles de azúcar en sangre.

Hipertensión: Para quienes padecen hipertensión, una dieta baja en sodio es esencial. Se recomienda seguir el patrón alimentario DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), que incluye frutas, verduras, granos integrales y alimentos bajos en grasas saturadas.

Osteoporosis: Para quienes tienen problemas óseos, una dieta rica en calcio y vitamina D es crucial, junto con el ejercicio físico que promueva la fuerza ósea.

La nutrición adecuada es fundamental para el bienestar general de las personas mayores. Adaptar las dietas a las necesidades cambiantes del cuerpo es esencial para mantener la salud, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. Al centrarse en los nutrientes clave, evitar alimentos procesados y fomentar hábitos saludables, los adultos mayores pueden disfrutar de una vida plena y activa en la tercera edad.

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